L.C.C. YADIRA ARENAS BRIONES
*Artículo publicado en la revista Multiversidad Managment
El
progreso de un país no sólo depende de las estrategias gubernamentales de sus
representantes, sino también de la participación ciudadana en todas las
diferentes esferas de la vida de una nación.
Una
de las formas más activas de participación es el emprendimiento. Este puede ser
entendido como un fenómeno social y económico directamente relacionado con el
ámbito comercial y empresarial, que es practicado por una o más personas que
buscan generar valor a través de la innovación, la creación o la expansión de
un determinado producto o servicio, convirtiéndolo en su actividad económica y
aprovechando las virtudes del mercado. Por lo tanto, el “espíritu” emprendedor
es todo un conjunto de competencias que deben ser desarrolladas desde la
educación básica hasta los niveles superiores.
A
nivel personal, el espíritu emprendedor supone autoconfianza, creatividad,
proactividad, tolerancia a la frustración, gran capacidad de toma de decisiones
y riesgos, sentido crítico e iniciativa, entre muchas otras virtudes y
fortalezas. A nivel interpersonal y social, requiere de competencias
relacionadas con el trabajo en equipo, la colaboración, la solidaridad, la
motivación, el liderazgo, sensibilidad, empatía y asertividad. Pero una de las
fortalezas más importantes para el éxito empresarial es la perseverancia
(Seligman, 2012). Esta pasa por la capacidad de búsqueda de soluciones y nuevos
caminos ante los obstáculos del proceso manteniendo siempre nuestras metas (o
cambiándolas por otras mejores, pero nunca dando pasos atrás).
En
este sentido, una investigación hecha por Consultores Iberoamericanos de la Cultura
Emprendedora, en su programa Espíritu Emprendedor, realizada a aproximadamente
a 200 jóvenes, arrojó los siguientes resultados:
Estas
competencias son indispensables para
obtener un perfil emprendedor completo, sin embargo, De la Oliva (2013) propone
otras 5 competencias que deberían ser consideradas básicas dentro de dicho
perfil, las cuáles son: Proponer,
vender, diseñar, aplicar y evaluar, a partir de su proyecto de negocio.
Sobre
las dos primeras: proponer y vender, cabe resaltar que de nada sirve tener la
mejor idea y saber aplicarla, si no la proponemos y la vendemos a las personas
o instancias adecuadas. Por ello, es fundamental que en cursos sobre
emprendedores se trabaje el tema de las competencias de venta, por ejemplo, a
través del role playing, es decir proponiendo una situación ficticia donde un
alumno haga de “vendedor” del proyecto y el otro de “cliente”. De esta forma
debe saber cómo vender su propuesta para mostrar sus mejores atributos, sus
cualidades y su ventaja competitiva. En este sentido, es imperante que el emprendedor tenga una idea clara,
definida y delimitada, tiene que conocerla mejor que nadie, para poder
proponerla de manera eficaz y efectiva., ante las diferentes dependencias
encargadas de validar y activar su funcionamiento.
El emprendedor debe ser capaz de diseñar planes,
programas, proyectos que respondan a las necesidades de un determinado segmento
de la población o que dé solución a problemas, con el fin de contribuir a la
calidad de vida y mejoramiento de su entorno. Por lo tanto, debe saber cómo
ejecutarlo, como llevarlo a cabo eficazmente y, al mismo tiempo tener los
conocimientos necesarios para aplicar instrumentos que le permitan evaluar su
desarrollo y funcionamiento, con el fin la optimización de los recursos y el
perfeccionamiento de sus operaciones.
Cambiando
de tema, para que existan oportunidades de empleo se necesitan empresas y para
que existan empresas se requieren emprendedores, personas que tomen en sus
manos el reto de implementar y poner en marcha más que un proyecto económico,
un proyecto de vida no solo de impacto personal sino socioecónomico de su
comunidad y de su país. Por ello es absolutamente necesario sembrar en los
jóvenes la inquietud, la pasión, la iniciativa, la conciencia y la valentía de
crear e iniciar proyectos de creación de organizaciones comerciales o
humanitarias.
Pero,
¿Cómo lograrlo?
El
primer paso es que las entidades educativas acepten y aborden la importancia y
la pertinencia de activar el emprendimiento en los jóvenes a temprana edad, que
sea entendida como una necesidad vital para el futuro y el fortalecimiento del
país.
El
papel del docente es altamente relevante, ya que es quién se encarga de guiar,
motivar y desarrollar las competencias que los alumnos requieren para alcanzar
esta meta. Pero no es el único agente que influye en la formación de
emprendedores, los padres de familia forman también parte de dicho proceso, ya
que tanto la escuela como la familia forman parte del mismo ecosistema del
individuo, por lo cual es importante que estén debidamente vinculados y
articulados para el éxito de las estrategias de desarrollo emprendedor. Así
que tanto padres como maestros tienen la función de trabajar sobre el
desarrollo de las competencias de los niños y jóvenes relacionadas con el
perfil del emprendedor.
Originalmente,
en la mayoría de los casos, en la
escuela se educa a los alumnos para que al finalizar sus estudios se integren al
personal de una empresa y si ésta es una gran empresa de impacto internacional,
mucho mejor. Pero muy pocos inculcan y fomentan el emprendimiento ya que, en la
mayoría de los casos, lo ven como un proyecto utópico lleno de complicaciones y
enormes responsabilidades y riesgos, principalmente de corte económico.
Quizá
por ello, lo primero a resolver en las instituciones educativas es, justamente,
romper con este paradigma y ampliar el abanico de posibilidades que un alumno
puede encontrar como desarrollo profesional y laboral. El emprendimiento debe
de considerarse actualmente como un enfoque pedagógico innovador, el cual puede
trabajarse de manera transversal en el currículo escolar e inclusive insertarse
en este como una materia más a partir de la educación básica obligatoria.
Otra
cuestión importante para formar y desarrollar emprendedores es que el docente,
además de facilitar información y generar conocimientos, se convierta en coach
de sus alumnos que estimula eficazmente la innovación y la creatividad, además de
ayudarlos a identificar sus fortalezas y debilidades (pueden encontrar
instrumentos en www.authentichappiness.sas.upenn.edu/questionnaires.aspx), sus
tipos de inteligencia, sus talentos, sus valores, sus áreas de oportunidad y
los recursos con los que cuenta para alcanzar sus metas a corto, mediano y
largo plazo, como parte de su proyecto de vida.
Son
estas características individuales que determinarán una diferencia entre alumno
y alumno, sean vistas y valoradas como riqueza, porque para el emprendimiento
la educación no debe basarse en la uniformidad sino en la diversidad, en las
aportaciones que cada integrante puede hacer desde sus características
específicas e individuales, con el fin de crear sinergia en un equipo de
trabajo escolar que en un futuro se vea reflejado en los centros profesionales.
Desde
luego para conseguir todo esto se requiere que los docentes estén debidamente
capacitados para dichas tareas y paralelo a esto, la creación e implementación
de material didáctico que transmita y
contenga toda la información necesaria para el desarrollo de emprendedores.
Un
buen principio podría ser la elaboración de un modelo de negocios, el cuál es
una planificación dirigida a obtener ingresos y beneficios del mercado. Uno de
los modelos de negocio a los que se recurre regularmente en el mundo
emprendedor, es el modelo tipo CANVAS, creado por Alexander Osterwalder, el cual ha tenido un gran éxito
por ser fácil de usar e interpretar, gracias a una plantilla de 9 apartados
dirigidos a agregar valor y estructura a las ideas de negocio y se va llenando
de derecha a izquierda.
1. Segmentos
de clientes: En este apartado se deben de identificar a quiénes se está
dirigiendo nuestro producto o servicio. La segmentación se refiere a dividir el
mercado en grupos de personas que tengan las mismas características y
necesidades para brindarles atención específica.
2. Propuesta
de valor: Es uno de los aspectos más importantes a definir y se debe hacer con
suma paciencia. Describe de forma breve y convincente que es lo que hacemos
mejor que la competencia, que valor le estamos ofreciendo a nuestros clientes,
qué necesidades estamos satisfaciendo y que beneficios les aporta nuestro
producto o servicio.
3. Canales
de distribución: Esto se refiere bajo que canales o medios conectarás con tus
clientes, cómo y dónde distribuirás tu producto o cómo les harás llegar tus
servicios y como nuestros clientes se comunicarán con nosotros.
4. Relación
con el cliente: Se refiere al tipo de relaciones que los clientes esperan que
establezcamos con ellos. Existen dos tipos básicos, los cuales se explican en
la siguiente tabla:
5. Fuentes
de ingreso: Se refiere al valor que los clientes están dispuestos a pagar por
lo que ofrecemos y cuáles son las acciones que realizaremos para obtener ingresos,
las cuáles pueden ser:
A. Por
la venta de nuestros productos o servicios.
B. Cobro
por el uso de servicios, a mayor uso, mayor pago.
C. Cobro
por suscripción o membresía.
D. Renta
o alquiler de equipo.
Dependerá
del giro y rubro de nuestra empresa o negocio.
6. Recursos
clave: La idea de este apartado es enlistar todos los recursos que requerimos
para operar nuestro negocio. De acuerdo al modelo CANVAS pueden ser:
A. Físicos:
vehículos, hornos, equipo de cómputo, infraestructura, etc.
B. Económicos:
Es decir, dinero, para arrancar, para invertir, para dar respaldos a los
clientes o para los gastos diarios.
C. Intelectuales:
La marca, los derechos de autor, la patente, etc.
D. Humanos:
Los trabajadores.
7. Actividades
clave: Este apartado contiene las actividades que se van a desarrollar y de qué
manera se van a llevar a cabo, se clasifican en:
A. Producción:
Son las actividades dirigidas a crear productos en grandes cantidades, desde el
diseño hasta la fabricación.
B. Resolución
de problemas: Buscan brindar soluciones
a distintos problemas de sus clientes, generalmente son las empresas de
servicios las que se encargan de este tipo de actividades.
C.
Plataforma/ red: Actividades dirigidas a
mantener este tipo de recursos en las empresas y se encargan de que estos
funcionen adecuadamente.
8. Sociedades clave o red de asociados: Las asociaciones se generan
cuando otra empresa tiene lo que nosotros necesitamos y viceversa, por lo tanto
se crean sociedades, convenios, etc. En este sentido se pueden dar 4 tipos de
relaciones:
A. Cliente- proveedor: Se conforman para el suministro de insumos o
de materias primas.
B. Alianzas entre empresas no competidoras: Ocurre cuando se tienen
productos dependientes entre sí.
C.
Alianzas entre empresas
competidoras: Sucede cuando pertenecen a un mercado riesgoso, así que se unen
como medida de prevención.
D. Empresas conjuntas que crean nuevos negocios: Empresas diferentes entre
sí, pero que se unen para innovar.
9. Estructura de costos: Todo negocio genera costos, los cuales son
gastos que se generar en el proceso de generar valor. De acuerdo al modelo
CANVAS hay cuatro tipos:
A. Costos fijos: Son aquellos que son estables independientemente
del volumen de venta.
B. Costos variables: Son aquellos que dependen del volumen de venta
generado.
C.
Economías de escala: Estos
costos varían según el volumen de compra.
D. Economías de campo: Estos dependen del campo de acción del
negocio.
Como pueden apreciar, este modelo nos ayudará a asentar las bases de
nuestro negocio y a darle una mejor estructura.
Por otro lado, en muchas ocasiones grandes
ideas de negocio se quedan en el olvido debido a que no se cuenta con el
capital suficiente y necesario para llevarlo a cabo. Sin embargo, el panorama
no es tan desalentador, existen diversas instituciones mexicanas que brindan
apoyo a emprendedores a través de planes de financiamiento o de incubación de
dichos proyectos.
Los planes de financiamiento consisten en establecer los instrumentos
financieros (créditos) que se requieren para el establecimiento y el arranque
de empresas que apenas comienzan, dicho plan incluye la forma y el tipo de
pago.
Las incubadoras son organizaciones diseñadas para acelerar el
crecimiento y el desarrollo de una idea de negocio, asegura el éxito gracias a
una gama amplia de recursos y servicios empresariales. Las incubadoras son
patrocinadas, apoyadas u operadas por compañías o instituciones privadas, por
universidades o por asociaciones gubernamentales.
Algunas instituciones mexicanas que brindan este tipo de apoyos son:
- · Secretaría de Economía
- · México emprende
- · Pro empleo
- · CICE (Centro de innovación y competitividad empresarial, incubadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla)
Por
supuesto, tanto en la educación media superior como en la superior hay que
buscar asignaturas relacionadas con estos temas para poder implementar
proyectos innovadores, aunque en la educación básica ya se pueden sentar las
bases. Por último, es importante señalar que en muchas escuelas y
universidades, se han creado concursos de emprendedores o grupos de alumnos
emprendedores tutorizados por una maestra o maestro. No hay que olvidar que el
mercado laboral cada vez necesita más personas capaces de innovar, de crear, de
arriesgar, en una palabra, de emprender.